Durante la aventura que es educar a los hijos, surgen muchas dudas acerca de su desarrollo: ¿estará evolucionando como es de esperar? ¿debería haber dejado de hacer un comportamiento o es normal que lo siga haciendo? ¿tengo que preocuparme por algo?
Efectivamente, no existe una regla general a seguir para todos los niños, porque cada persona es un mundo, con su carácter, temperamento y sus vivencias personales, y cada uno cuenta con sus propios tiempos para crecer.
Ahora, también es cierto que los psicólogos, pedagogos y otros profesionales de la atención temprana e infantil, tenemos en cuenta unos límites de edad aproximados que se establecen para alcanzar los hitos evolutivos. Por ejemplo, entorno al año de edad los niños empiezan a decir sus primeras palabras, o aprenden a andar de forma más o menos autónoma.
Eso no quiere decir que exista un problema si mi hijo a los 14 meses de edad todavía no ha dicho una palabra. Tenemos que darle un tiempo prudencial a cada niño y, sobre todo, oportunidades para que siga avanzando.
Los niños aprenden a hacer cosas por modelado, es decir, viendo cómo lo hacemos nosotros, los adultos. Por tanto, si queremos que nuestro hijo hable, debemos hablarle y darle la oportunidad de que nos hable, o si queremos que lea, debemos leer nosotros también y ofrecerle libros que le puedan resultar interesantes.
Somos su modelo a seguir y debemos acompañarle en su desarrollo.
Entonces, ¿cuándo debo acudir al psicólogo infantil?
- Cuando después de darle un tiempo y oportunidades, vemos que su desarrollo se ha estancado,
- Si vemos que ha perdido habilidades que ya había adquirido,
- Cuando, después de mucho esfuerzo en casa, no rinde a nivel académico como cabría esperar y/o no puede seguir el ritmo de la clase,
- Si observas que el niño/a se encuentra con un estado de ánimo poco frecuente en él o ella: muy irritable, nervioso/a, triste, apático/a…
- Cuando el niño/a haya desarrollado una conducta que interfiera negativamente en el día a día.
Antes de iniciar una intervención a nivel psicológico, debemos, en primer lugar, visitar al neurólogo infantil para descartar que exista algún componente biológico que pudiera estar provocando o manteniendo ese problema.
Posteriormente, e independientemente de que exista una causa biológica o no, contactar con un profesional de la psicología, especializado en el desarrollo infantil y la estimulación temprana.
El psicólogo infantil te ayudará a despejar todas las dudas sobre la evolución de tu hijo y ayudará a tu hijo/a a seguir creciendo, con la colaboración imprescindible de la familia y del colegio.
Si crees que estás en alguna de las situaciones anteriores, ponte en contacto conmigo, te puedo ayudar.